sábado, 30 de octubre de 2010

EL HIJO QUE NO TUVE

Alguna vez tuvo picazón en el cuerpo de los pies a la cabeza?,y no sabia que rascarse primero.Si el cuero cabelludo, la nariz, el vientre, las piernas...y desconocía a que era debido, ¿el porque?.
Y empezar a buscar el piojo invisible, la pulga saltarina, o el resto, imaginario, del polvo picapica.
Yo si.Entre la nerviosidad que produce el prurito...se me prendió la lamparita.La lucecita del cerebro...y reaccione,¡ el perejil!.Es verdad. El perejil que comí, me produjo urticaria.¡ Con lo mucho que me gusta!¿ y.....todo esto a que viene?.Bueno es que.... a raíz de esta observaciòn me acorde de vos. Cuando me dijiste: si dejas de hablar como una cotorra te cuento una parte de mi vida.Estas verdes y charlatanas avecillas no deben comer perejil.
¿ Haces memoria....?,¿ Me estas escuchando?.Bueno,mañana lo sabré, cuando hable con vos.Así que comienzo con tu historia.Espero que te guste como la relate.

Era un día frió.Lloviznaba con viento.De esos día que a la gente, normalmente le gusta quedarse , para no mojarse, embarrase o pescar un resfrió, como decimos comúnmente, en casa.Les estoy hablando del invierno pasado.Hoy aun tenemos los arboles vestidos en verdes, ocres y amarrillos marfileños.
Pero a mi si me gusta caminar bajo la lluvia,mojarme los pies, sentir el aire en el rostro, y las gotas que salpican mi rostro.
Cuando llegue a tu casa.Un hogar muy humilde, el ambiente estaba muy cálido,tibiecito.
Se podía percibir, olfativamente, sin mucho esfuerzo, el olor a torta frita....y el mate ya estaba preparado.
Recuerdo que me indicaste en donde podía sentarme, a la vez que me extendías un amargo.Ofreciste una torta frita, calentita, doradita, crujiente.La que no acepte por no sufrir después los trastornos que me ocasiona a la vías biliares,o a la vesícula...no se ...ese es otro tema, medico, y no viene al caso.
Esto que te cuento, acotaste,es de muchisimos años atrás.Desde los quince mios y diecisiete de él, cuando nos habíamos juntado.
Llevábamos nueve, casi para diez.dentro de nuestra pobreza, vivíamos tranquilos y felices....si felices.
Dios solo sabe porque, no pude quedar embarazada en todo ese tiempo.Así que eramos como dos novios.
en una de nuestras acostumbradas salidas, fuimos al baile. Y ahí nos encontramos.
Mejor dicho, se encontró con una amiga, según el.Me la presento.La salude.Y todo siguió igual.
Pero desde ese día para mi, sucedió como si un velo que cubría mis ojos, se cayera.
No se si fue el entrecruzar de miradas,o esa intuición que tenemos las mujeres, que nos alerta.....
Empecé a dudar y observar.Horas de llegada.idas y venidas.Pequeñas cosas, que antes no tenia en cuenta.
Hasta que un día, mejor dicho, una tardecita lo seguí.Lo vi entrar en una casita pobre como la mía..Abrir el portoncito hecho de tablas de cajones de manzanas. Y un bebe morochito, con ojitos redondos como el sol, la cabecita cubierta por un hermoso cabello color castaño oscuro, llena de rulitos, corría hacia el, diciéndole,¡ hola papi!.¡ Por fin llegaste!, estirándole los bracitos al cuello.
Se me nublo la vista.Mis ojos se llenaron de lágrimas.Quede quieta, inmóvil, como si estuviera plantada en el lugar...por largo rato.Cuando reaccione era de noche.Di media vuelta.Llegue a casa, junte mis pocas ropas. Y aunque no termine la escuela, a mi manera, le deje una carta escrita.El me iba a entender.Le explicaba todo lo que vi.Le daba las gracias a los dos.Por no haberme herido.Por su silencio a ella y a el, por de una u otra manera, no fácil de comprender, para algunos,el haberme querido tanto.¿Tanto?,dirán ustedes....
Y cambie de provincia.Nunca mas supe de el-
LATIDOS:Por un mundo mejor

No hay comentarios:

Publicar un comentario