EL AMANECER Suenan las campanas En la ciudad dormida Son, que destaca en el silencio del amanecer vislumbránte Dejando en camino los pies que lloran, la ausencia, por horas Del amante que parte Velo oscuro los cubre Como temblorosa pollera La noche, con encaje de estrellas Sopla suave el vientecito norteño El farol de la plaza De amarillenta luz En vaivén se zarandea Dibujando con las sombras Raras figuras chinescas Suenan las campanas En la ciudad que despierta Y en el centro de su pecho Suena como cuerda Su corazón en tensión Y el temblor en sus piernas Caminan rápidamente Antes que en el horizonte El sol prenda otra hoguera. Se harán largas las horas, o no Caerá la tarde en la ciudad costera. Y al tañir doce campanadas Se habrá disipado la espera. La noche, será la aurora Y todo quedara en silencio.