viernes, 9 de mayo de 2014

La cerradura, la llave, y los pasos encaminados al casillero. Extender el brazo y la mano introduce en la ranura, el metálico elemento, que al abrirlo, reposa un sobre de avión, en su base ¡Tan raros verlos ahora! Se usa tanto la nueva tecnología. Ahí. Ahí estaba, ante mis ojos, esperándome. Los colores que bordeaban, que servían como marco, eran… No. No lo digo. Si lo hago, doy pistas. Mejor no. Lo tome y lo apreté fuertemente en mi pecho. Se aceleró el latido de mi corazón. Subí las escalera, lo más rápido posible; a la velocidad que permitían mis piernas. Toque el timbre. Y en el apurón, no le di las gracias ni un beso, a quien me permitió acceder, ingresar, al tibio y cálido hogar. Acorte la distancia, de la puerta de entrada, a la del dormitorio, con la celeridad de la brisa, que se filtra por la rendija, casi imperceptible del ventanal. Tire todo sobre la reposera. Y panza abajo me dispuse a leer el contenido… Los destellos de la aurora comenzaban a ingresar en este lado del globo terráqueo. Continente. Horizonte Latino América. Es hora de que la luna clara, se hunda, en ese misterioso camino etéreo, que de manera sutil, la llevara hasta donde estas vos. Quien al entrecerrar los parpados, sentirá el abrazo envolvente, polvo de estrella, con el que me fusiono con tu alma. Nos vemos y sentimos en sueños ¿Y por qué no? Materializados. Hay quienes no quieren creer que se puede, pero esa no es nuestra situación. Tu cuerpo se desplegara, y hundirá, como nube blanca, sobre un frágil y apasionado cuerpo, dando, desplegando toda la pasión y ternura del encuentro. Después… recibirás las letras, que volaran… en un avión celeste y blanco. Diciéndote, cuanto te necesito y te amo. Febo lentamente despliega su luz dorada. Noto su calidez sobre mí. Recién abro los ojos, al nuevo día. Aún estoy vestida sobre el acolchado, estampado con florecitas de tonalidades lilas, y verdes, ramilletes pequeños y pétalos esparcidos sobre el ocre razado. Me doy vuelta, huelo papel de la misiva, percibo el perfume tan particular, el aroma que te gusta, mezclado con el tuyo, es peculiar. Doy un brinco. Voy directa al baño. Prendo el calefón. Mientras se desliza mi ropa hacia las baldosas del piso. Descorro la cortina. Entro. Y mi cuerpo bajo las gotas tibias, hacen que te sienta y sigo pensando en vos. Hora de salir a trabajar. ¿Nos encontramos como siempre en el aire? ¿Sí? ¡Sí! Besos. Muchos amore. Hasta después… LATIDOS ENTRE VOS Y YO. Por un mundo mejor. Pero solos no podemos. Te necesitamos a vos...¿Te unís?

No hay comentarios:

Publicar un comentario